viernes, 3 de septiembre de 2021

2021 XXXIV FESTIVAL FLAMENCO DE LA CAMPIÑA DE EL RUBIO



XXXIV FESTIVAL FLAMENCO DE LA CAMPIÑA DE EL RUBIO

AL CANTE: 

Armando Mateo

Rubito Hijo

La Yiya

Ezequiel Benítez

AL TOQUE: 

Eduardo Rebollar

Marcos Serrato

Paco León

AL BAILE: 

Compañía de Baile de Soledad Estepa con José Álvarez "El Torbellino" como invitado. 

PRESENTA: 

Manuel Ignacio Pardillo Reyes

Sábado, 4 de septiembre de 2021

Avda. de Andalucía. Escenario al aire libre en "La Laguna"

10 de la noche

COLABORA: Diputación de Sevilla

ORGANIZA: Delegación de Cultura y Festejos del Ayuntamiento de El Rubio

EL SÁBADO 4 DE SEPTIEMBRE SERÁ LA XXXIV EDICIÓN DEL FESTIVAL FLAMENCO DE LA CAMPIÑA DE EL RUBIO.
Para esta edición se ha escogido un entorno diferente, se realizará al aire libre en un escenario montado para la ocasión en la Avda. de Andalucía, donde se suele situar la tradicional portada de feria.

EL SÁBADO 4 DE SEPTIEMBRE SERÁ LA XXXIV EDICIÓN DEL FESTIVAL FLAMENCO DE LA CAMPIÑA DE EL RUBIO.

Para esta edición se ha escogido un entorno diferente, se realizará al aire libre en un escenario montado para la ocasión en la Avda. de Andalucía, donde se suele situar la tradicional portada de feria.

 

Festival de la Campiña de El Rubio: el peso de la sangre y la apología del cante lento

Crónica del XXXIV Festival Flamenco de la Campiña del Rubio. Actuaron, entre otros, La Yiya, Rubito Hijo, Soledad Estepa y Ezequiel Benítez.

 20 SEPTIEMBRE, 2021 14:12 Expoflamenco 0 1

 

El escenario del Festival, que para la ocasión cambio su ubicación habitual para acercarse más a su pueblo, vistió una noche fresca los coletazos del verano con un cartel que parecía interesante. Es de admirar que una localidad de poco más de Tres Mil Quinientos habitantes programe ya la trigésimo cuarta edición de su festival flamenco, sin duda un ejemplo a seguir. También es de recibo reseñar el esfuerzo de la corporación al hacer de su festival un evento gratuito con este nivel de artistas.

 

Abre la noche una cantaora joven con credenciales. Corre por su garganta la casta de los Torre y de los Tomasa. Acompañada  a la guitarra por Marcos Serrato, (que también acompañaría a Rubito Hijo)  despliega la sensibilidad y el gusto del mar verde que le rebosa, pisa fuerte las tablas La Yiya  abriéndose el hueco que le corresponde por méritos propios y por los que se requieren para honrar el peso de la sangre.

 

«Es en la seguiriya, santo y seña de su casa, donde La Yiya se retuerce de gusto, se empuña las mangas y le echa los reaños que ni le caben por edad. Se lamenta y sus quejíos son jirones jondos para restregárselos por el pecho y rebuscar en el origen del dolor»

 Se templa por Guajira introduciéndola con melodías nuevas de su propia cosecha, como en gran parte del repertorio que desgranó después. Sin dejar de reverenciar a la comarca en sus maneras y tomar algo prestado que evocara a Bernarda y Fernanda de Utrera. No aprieta en demasía en los bajos para así aguantarlos con sabor, dándole el empujón justo donde se debe para enfervorizando al público que la despedía en pie cada palo.

 

Le sigue el buen hacer de Rubito Hijo, un cantaor profesional y solvente que nunca decepciona. Hasta en la entrada por tientos arranca oles y aplausos del respetable. Se acuerda de Pastora Pavón y alterna tradición y presente con su voz de almíbar. Le suma un ramillete de letras por tangos y la ovación se repite. Se olvida del micro para encarar unos fandangos y aún resuenan sus entrañas flamencas en las entretelas del sentío que pone el broche a una actuación donde lo dio todo, poniendo el corazón en el tablao. Es un cantaor viejo escondío en un cuerpo joven que estudia el repertorio e intenta renovarse cada vez que sube a la tarima, demostrando profesionalidad, responsabilidad y afición. Sin duda, el plato fuerte de la noche.

 Llega el baile: Soledad Estepa, acompañada al cante por Armando Mateos y con un Eduardo Rebollar a la guitarra de ejecución limpia, precisa y acompasada en la medida de los tiempos.

Si bien estamos acostumbrados a un preludio del cuadro que antecede la salida de la bailaora, la intervención de Armando más pareció una cuarta actuación.  Comenzó por peteneras acordándose especialmente de la Niña de los Peines. Soledad baila por levante con remates de Tangos. Otra tanda de cantes y remate por Bulerías. Donde apareció la sorpresa de la noche José Álvarez “El Torbellino” un Jovencísimo Bailaor local que con más voluntad que maña debuto en su pueblo para deleite de sus vecinos. Un aficionado que si le pone las mismas ganas al estudio del baile sin duda llegara, tiempo al tiempo.

 Un espectáculo donde se evidencia el ensayo y el trabajo previos, con un cantaor que muestran afición y conocimiento, técnica, entrega y buenas intenciones.

 El viento Gaditano arroja la estampa morena de Ezequiel Benítez al escenario. Le espera la extraordinaria sonanta de Paco León. Empieza por soleá. Alcalá, Talega, El Machango… y remata valiente con ese Doló de mare mía que nos trae el recuerdo de Fernanda de Utrera. Prosigue por alegrías, salpicando la sal que lo impregna desde la cuna, para pasar a los tientos. Luego se recrea en los tangos Camaroneros y Ceperianos, incluyendo también letras alusivas a sus niños y su estirpe, para terminar por bulerías y echar el cerrojo a la noche caracoleando, al aire, con dos fandangos.

 No voy a ser yo quien le ponga llave a la sensibilidad y formas cantaoras de este gitano. Pero en Ezequiel se observa el inicio de una moda que ralentiza el cante hasta el límite de perderse sin retorno en una especie de apología del cante lento, reconfigurando los estilos acompasaos haciéndolos parecer cantes libres. Tampoco es cualquier guitarrista el que es capaz de acompañar tantos silencios, dando entradas sin respuesta, buscando anclarse a un compás olvidado, como lo hizo Paco León esa noche, devolviéndole cordura a los palos con maestría, pulcritud y gran belleza. Tiene a su favor dulzura, buen gusto y las medias voces que encandilan cual susurros que cuentan secretos al oído. No todo el mundo puede enamorar bajito y dominar esas maneras. Es inteligente y ofrece lo que tiene y lo que sabe que crea expectación en el público.